¿Alguna vez se han puesto a pensar cómo hacer para tomar una decisión?
Marielos Mata,
Practitioner, Máster y Coach en PNL
Sin darnos cuenta, todos los días nos encontramos tomando decisiones. Pequeñas, grandes, medianas, que nos afectan a nosotros, a nuestras familias, a nuestros entornos laborales y hasta afectan a las personas que no conocemos.
En el proceso de tomar una decisión, cuando tenemos que elegir entre una opción u otra, esta ambivalencia, nos hace percibir una sensación de pérdida.
Si usamos una camisa de manga larga o de manga corta, si comemos ensalada o carne, ¿si tomo una calle u otra? En cada decisión que tomemos, por más pequeña que esta sea, inconscientemente estamos haciendo un análisis de la situación.
En el caso de que camisa puedo usar, probablemente para tomar la decisión vas a observar primero cómo se encuentra el clima. Si utilizó la autopista o me dirijo por calles aledañas, primero observo en cómo se encuentra el tráfico, si existe alguna huelga o si el día que voy a salir coincide con el regreso de vacaciones.
Muchas veces cuando no nos es posible tomar una decisión es debido a la falta de información que tenemos sobre el tema que debemos de resolver. Y, sin embargo, actualmente está incapacidad también se ha incrementado por la hiperconectividad que nos desborda de información, haciendo más difícil la tomar decisiones. En otras palabras, vivimos en la era de la sobre información.
¿Podemos aprender a tomar decisiones?
Si es posible y el propósito de este blog es detallarles una pequeña guía para poder iniciar este proceso. ¿Por dónde iniciar?
Identificar las emociones que nos acompañan a la hora de tomar decisiones, nos va a permitir entender que se encuentra detrás de esa emoción (perdida, enojo, miedo). A la hora de tener una mayor comprensión y atención de nuestras emociones vamos a poder tener una mejor actuación a la hora de tomar una decisión.
Buscar información sobre el tema que debemos de decidir. Esto lo podemos desarrollar conociendo nuevas áreas, trabajando con personas diversas, desarrollando nuevos hábitos, ganando experiencia en nuevas áreas, sobre todo si debemos tomar decisiones en áreas en las cuales no tenemos fortaleza.
Desarrollar escenarios visualizando los pros y los contras de la decisión que estamos tomando y podemos involucrar en esta visualización a las personas que se verá involucradas de una u otra manera en la toma de esta decisión que necesitamos plantear.
Planificar el proceso de toma de decisiones. Esto es fundamental ya que nos va a permitir aterrizar la decisión y definir el tiempo en que debemos de tomar la decisión.
Las decisiones no son buenas, ni malas. Son decisiones. Si la decisión es buena, obtuvimos lo que queríamos. Si la decisión es mala, adquirimos experiencia. Con toda esta información, los invito para qué a la hora de que tomemos una decisión, empecemos tomando papel y lápiz y dirijámonos a la mesa de dibujo a descubrir cómo tomar una buena decisión.
¡¡¡Les deseo muchos éxitos en tu vida profesional y personal!!!